Cada vez sois más los que os introducís al mundo de la producción musical y por lo tanto, eso repercute en haceros las mismas preguntas una y otra vez puesto a que de entrada os encontráis con ciertos elementos que nunca antes habíamos visto.
Hoy vamos a conocer qué son y para qué sirven estas llamadas tarjeta de sonido o interfaz de audio, también adquieren el nombre de “interface de audio” manteniendo en anglicismo.
Sin ir más lejos, una tarjeta de sonido es un elemento que de una forma u otra siempre hemos utilizado cualquiera que hayamos tenido un ordenador ya que es la parte del hardware de tu máquina que, junto a un driver (software) se encarga de procesar y enviar el sonido hacia tus altavoces.
En el caso de este tipo de tarjetas de uso doméstico podemos verlas representadas en formato de tarjeta PCiExpress, tal y como vemos en la foto, o bien integradas en la propia placa base del ordenador, esta segunda opción suele ser la más popular estos días.
Pero…
¿Qué ocurre si me dedico a producir música?
Si lees este blog seguramente seas uno de los míos y te guste hacer música y tocar aparatitos que hacen sonidos y eso puede implicar quedarnos un poco cortos si utilizamos una interfaz de audio común como las mencionadas anteriormente.
Para personas como nosotros se crearon las llamadas tarjetas o interfaces de audio externas, las cuales además de tener un hardware destinado únicamente a procesar audio nos permitirá tener algunas funciones más como poder conectar, desconectar, subir volúmenes, añadir phantom… De forma mucho más cómoda ya que al no estar en el interior de nuestro ordenador podremos ajustar sus parámetros al gusto sin dificultad
¿Qué hace una interfaz de audio externa?
Una interfaz de sonido es algo que vamos a necesitar prácticamente desde que nos iniciemos en la producción musical, o al menos, desde que compremos nuestros primeros monitores de estudio, ya que por regla general la conectividad de los monitores de audio no es vía USB ni vía Jack, suelen trabajar con conexiones XLR/CANON o RCA así que necesitaremos de esta interfaz para conectar los monitores con nuestro ordenador.
Ya hemos visto la tarea base de nuestra tarjeta de sonido externa, ahora veremos otras funciones que, en relación a su gama y precio tendrán o no.
¿Qué puedo conectar?
Además de hacer de conexión entre nuestros monitores y ordenador, una interfaz nos abre un abanico de posibilidades que hará que tengamos prácticamente un estudio de grabación allá donde la tengamos. Veamos que podemos conectarle.
Instrumentos
Un previo o entrada de línea nos permitirá conectar tanto instrumentos reales así como micrófonos para poder grabarlos con nuestro ordenador, así que si nuestra intención no es únicamente producir música a nivel digital sino que es grabar nuestra voz o la de otro artista o bien grabar nuestros instrumentos, deberemos procurarnos una interfaz de audio con unos buenos previos.
MIDI
Otro tipo de entradas y salidas que podemos encontrar son las MIDI, éstas sirven para conectar controladores con nuestro DAW, también sirve para conectar y sincronizar el “clock” entre varios dispositivos que trabajen con este protocolo, pero esto ya es más común para hacer Jam Sessions o en caso de que estemos produciendo mientras tocamos en vivo varios de estos instrumentos y controladores.
Digital
Otra opción muy utilizada si eres DJ es la posibilidad de conectar entradas digitales, como un reproductor de CD para compatibilizarlo con tu ordenador con Traktor, por ejemplo, así como la conexión de un mixer.
¿Cómo funcionan? (realmente)
Antes te he explicado la funcionalidad práctica, ahora vamos a ver la parte teórica y técnica.
La principal función de las interfaces de audio realizar conversiones analógico-digital bajo un proceso llamado muestreo y cuantización, esto que te acabo de explicar es, por ejemplo, el procedimiento que emplea la tarjeta en pasar la señal que enviamos desde nuestra guitarra (analógico) a nuestro programa de producción o grabación (digital).
Esta conversión tomará varias muestras en un determinado tiempo de la muestra analógica, a más muestras mejor será la calidad final (en digital), este proceso se llama frecuencia de muestreo o sampling rate. Hace unas semanas escribí sobre esto mismo en éste artículo de EDMSpain.
A cada muestra se le asigna un valor de amplitud que variará entre una serie de puntos posibles para poderse ajustar al máximo a la señal original, por lo tanto, la cantidad de estados también la podremos definir y toma el nombre de bit rate o profundidad de bits.
A más frecuencia de muestreo y más profundidad de bits más resolución tendrá el resultado final.
Es por esto que siempre se dice que soportes como el Vinilo (analógico) tiene tanta calidad, ya que no ha tenido que ser digitalizado y por lo tanto no ha sido propenso a una reducción de calidad, pero los DAC (Digital Analog Converter) de hoy día permiten realizar conversiones de muy alta calidad.
¿En qué fijarme para escoger mi interfaz de audio?
Una vez visto cómo trabaja y qué podemos conectar en una tarjeta de audio vamos a ver otras funciones y características que determinarán la elección de una u otra interfaz de audio para nuestro Home-Studio.
Latencia
La latencia se refiere al tiempo que pasa cuando grabamos algo con un instrumento y lo escuchamos por nuestros altavoces, por ejemplo, cuando grabas con tu teclado MIDI te interesa escuchar lo que estas tocando al mismo tiempo que lo tocas no medio segundo tarde. La calidad de la tarjeta de audio marcará una latencia u otra, esto es un parámetro que podremos configurar desde nuestro DAW, pero normalmente a menos latencia colocamos en nuestra tarjeta de sonido menos espacio tiene para digerir el proyecto del DAW y más propenso es a que éste se cuelgue o haga efecto crackling que básicamente es lag, de latencia (como en los videojuegos). No obstante la gran mayoría de interfaces de audio del mercado brindan una buena relación en latencia.
Conectividad digital
El medio de conexión de la interfaz de audio externa con nuestro ordenador puede ser de varias formas: USB, Fireware o Thunderbolt.
La más común entre los estudios profesionales hasta día de hoy ha sido la FirewIre por su gran capacidad de envío de datos, pero la aparición del USB 3.0 ha dejado en desventaja al anterior protocolo haciéndolo más rápido y más compatible con la mayoría de ordenadores ya que no todo el mundo cuenta con una entrada de Firewire pero sí con más de un USB.
No obstante la palma se la lleva Thunderbolt pero su uso se lo reservan únicamente los usuarios de MAC puesto a que solamente este tipo de ordenadores integran esta entrada. A continuación os dejo un gráfico comparando la velocidad de transferencia de datos entre los diferentes protocolos.
Preamplificadores y entradas
En caso de que queramos mínimamente grabar una voz en alguna producción necesitaremos que nuestra interfaz cuente con al menos un preamplificador de alta impedancia (Hi-Z). La gran mayoría cuentan con uno o dos previos tanto de línea como de micrófono, en caso de querer grabar instrumentos vía línea necesitaremos entradas, existen tarjetas con hasta 16 entradas pero si lo que buscamos es algo sencillo para producir y grabar algo en casa lo idóneo es adquirir una sencilla con un par de combos que son dos entradas donde podemos conectar tanto línea (RCA) como micrófono (XLR). Os dejo foto de la mía personal.
Calidad de los conversores
Hay que decir que los mejores DAC del mercado no incorporan previos, es decir, son cajas simples de miles de euros en las que no podremos conectar prácticamente nada, son solo un complemento a una mesa de mezclas donde tendrán los previos, no nos interesa.
No obstante las interfaces de hoy día tienen unos conversores bastante buenos y la más barata nos va a permitir grabar a 16bit y 44.1Khz que viene a ser el estándar. Con una de las caras podríamos llegar a registrar audio a 192Khz pero no es para nada necesario llegar a esos niveles si no estamos dentro de un estudio profesional de grabación.
Salidas para monitores y auriculares
Esta característica es típica en toda la gama baja y media de tarjetas de sonido puesto a que como comentaba al principio, es uno de los principales motivos por la que querremos tener una.
Desde ella podremos conectar nuestro ordenador con unos monitores activos o auriculares. Por regla general encontraremos dos salidas L y R donde conectaremos dos conectores TRS o XLR/CANON que irán directos hacia nuestros monitores, según los monitores y la tarjeta utilizará una conexión u otra. Por lo que respecta a los auriculares es común encontrar una entrada TRS de 6,5mm (la gorda) para conectar unos auriculares grandes.
Algunas tarjetas de sonido para producir
Después de este análisis para conocer mejor que que funciones tienen y cómo trabajan las interfaces de audio os voy a recomendar algunas que he probado y que os irán de perlas si estáis buscando algo para empezar a producir vuestras canciones en casa.
Presonus AudioBox22 VSL
Una de las populares en la gama baja de precios es la propuesta de Presonus, impresiona los previos que incorpora capaces de grabar a una frecuencia de muestreo de 96Khz por el precio que tiene. Con ella incluye el software de la marca, el Studio One, utilizado por parte de la comunidad de productores de música electrónica a pesar de no ser el más común.
Si utilizabas StudioOne, esta tarjeta irá al pelo con tu DAW.
Precio: 144€, cómprala en Amazon aquí.
Roland DUO-CAPTURE EX
Otra buena opción entre la gama baja de interfaces de audio pero que ofrecen un gran resultado para el precio es lo que propone Roland. Tiene dos conectores combo como la anterior opción, además de incluir alimentación Phantom 48V para micrófonos de condensador. Llega a procesar los 24bit y la calidad de grabación es bastante aceptable para tener un previos de gama media-baja.
Esta opción es la que personalmente utilizo yo, y estoy bastante contento.
Lo bueno de esta marca es que no está asociada con ningún software tercero de producción o grabación, así que podremos ir sin miedo en cuanto a problemas de compatibilidad con el DAW que utilicemos.
Precio: 135€, cómprala en Amazon aquí.
Focusrite Scarlett 2i4
Muy común entre todos los productores que acaban de empezar, cuenta con dos entradas combo para micrófono y línea, cuatro salidas no balanceadas y dos balanceadas para monitores de estudio.
Incluye alimentación Phantom de 48V para alimentar micrófonos de condensador y tiene salida directa a auriculares. Una muy buena propuesta para quien tenga en mente iniciarse teniendo opción a grabar instrumentos sin gastarse mucho dinero.
Esta marca trabaja directamente con Pro Tools así que nos vendrá con Pro Tools First Focusrite Creative Pack, un pack de plugins de mezcla para la versión 12 de este DAW
Precio: 155€, cómprala en Amazon aquí.
Native Instruments Komplete Audio 6
Aquí damos un pequeño salto en cuanto a calidad y precio pero la Komplete es una tarjeta que siempre hay que tener en cuenta.
Cuenta con dos combos de grabación como los modelos anteriores así como 6 salidas balanceadas y 2 SPDIF. Tiene algo bastante interesante que es la posibilidad realizar la escucha de lo que está sonando en MONO, nos será útil para comprobar si nuestra producción está teniendo problemas de fase.
Lo que caracteriza esta tarjeta a las otras opciones es el doble papel que juega tanto en el estudio como en la cabina DJ. Si además de producir música te gusta pinchar con Traktor en un momento u otro necesitarás una de estas para poder conectar un mixer a tu ordenador o bien unos reproductores DJ, así como los tocadiscos del modelo Scratch Pro de Native Instruments. Así que con esta opción matarás dos pájaros de un tiro.
Precio: 229€, cómprala en Amazon aquí.
Conclusión
Si acabas de empezar te diré lo que le digo a todo el mundo, no gastes mucho dinero, invierte en lo justo y nada más, comprar aparatos con funciones que no vamos a utilizar no nos va a ayudar en mucho. Al principio juega un papel importante el tiempo que inviertas, ya que con apenas un simple home studio podemos avanzar muchas lecciones sin necesidad de gastar más.
Espero que esta pequeña guía te haya aclarado las dudas que pudieras tener. ¡Cualquier pregunta déjamela en los comentarios y te responderé encantado!
¡A producir!
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