Quizás esta sea una de las preguntas más frecuentes cuando nos iniciamos (o ya estamos en ello) a la producción musical, y es importante, sobretodo tomar la decisión correcta, ya que nadie quiere gastar un dinero en material que no vaya a llegar a usar (al 100% o casi) o que por lo contrario, escasee en material. En otras palabras, conseguir optimizar estudio, gastando lo justo.
HOOBY
Es una buena idea e incluso puede ser bastante económica. Si tu idea es basarte en la producción de música electrónica, te bastará con tu ordenador equipado con el DAW preferido y los plugins a utilizar, así como un par de monitores y una interfaz, punto.
Si tu idea, a parte de la producción de música electrónica es la producción de otro tipo de música, así como el Pop por ejemplo, necesitarás que dicha interfaz tenga uno o dos pre-amplificadores en ella, para poder insertar los micrófonos que deberás comprar para grabar voz o instrumentos, (guitarra, por ejemplo). Respecto a dichos micrófonos, la elección estrella en cuanto calidad-precio suele ser un Shure SM58 para vocal, y un Shure SM57 para instrumentos, ambos rondan los 110€ cada uno, y están más que consolidados en la escena profesional.
Siempre que quieras tener alguna muestra de mejor calidad podrás acudir a un estudio de verdad para poder grabar alguna pieza o post producir tus mezclas.
Profesional
En el caso de aquellos que estén construyendo su propio estudio con fines profesionales… Deberán realizarse una principal pregunta: ¿En mi estudio trabajaré yo solo o es para público?
Si en dicho estudio solamente vas a trabajar tú. Te gustará tener tu propio material el cual se adapte justo a tus necesidades.
Y por ello, esta opción empieza a no ser tan económica como la primera, ya que la decisión de optar por material económico nos hará ahorrar dinero a corto plazo, pero no significa que sea la mejor manera de amortizarlo a largo plazo. De esta forma es más recomendable optar por el material de alta calidad, el cual nos dará una buena patada en el bolsillo a corto plazo, pero después de haberlo amortizado durante varios años, se convierte en un gasto rentable.
Es cierto, que si nos ceñimos en la producción de música electrónica, veremos que hoy día hay gente con un talento sobresaliente, que consigue sonar verdaderamente bien con unos monitores de 200-300 euros y una sala sin acondicionamiento, por ello haré el inciso que la clave de todo esto está en saber aprovechar el máximo de nuestro material, y pensar dos veces antes de realizar una inversión en nuestro estudio.